He’neya y sus gatitos, como muchos otros, vinieron de la calle. He’neya era uno de los muchos gatos que malviven en la calle, y sobrevivía gracias a la ayuda de una vecina. La vecina, finalmente, decidió contactar con la protectora Caldes Animal, quien se encargaría de buscarles un hogar y una familia.
Decidí desplazarme hasta Sabadell para fotografiarlos y facilitar la adopción de los tres gatos que quedaban por adoptar: los tres tigrecitos, y la mami.
Cuando llegué a la casa en la que estaban los gatitos, los vi acurrucaditos junto a su madre en una cajita durmiendo plácidamente. He’neya me miró pero no se mostró agresiva. Al contrario, ¡estaba muy tranquila!
¿No son adorables?
¿Quieres que contemos juntas tu historia?